Poemas Lunares
Un cuaderno de auto indulgencias
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Pase usted y sus zapatos
la entrada es la inocencia
veintiocho poemas lunares
una luna negra
Índice
Poemas Lunares
Novilunio
IV RSVP
Creciente
VIII Eternidad
IX La Maja
X El Sueño
XI Saciedad
XII Como Un Muerto
XIII La Ofrenda
XIV El Sol Eras Tú
Plenilunio
XV Ars Poetica
XVI Página En Blanco
XVII Un Latido Sin Razón
XVIII La Metáfora
XIX Desesperanza
XX Epifanía
XXI Paisaje
Menguante
XXII El Viaje (Parte I)
XXIII Rodalquilar
XXIV Amsterdam
XXVI Monólogo De La Cama Con El Poeta
XXVII A Ella
XXVIII El Viaje (Parte II)
Luna Negra
A la Santísima Trinidad,
en el nombre de Baudelaire
de Rimbaud
y de Vicente Huidobro
Amén
NOVILUNIO
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Sacroficio
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Tan pronto se sequen los océanos
me levantaré y bajaré a los hombres
quemaré papeles y secaré lagrimas con mi aliento nuevo
veré a través de vuestros ojos sedientos de mi belleza
mi palabra será obrada por todo aquel que la oiga
vaciaré las almas de los niños
y hundiré todos los barcos con mis pájaros de fuego
danzarán todas las ninfas a mi alrededor
y callarán las sirenas para escuchar mi canto
Florecerá el hombre muerto allá donde mi paso,
y donde mi paso allá florecerá la justicia
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Ángeles Caídos
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Cerúleos cuerpos aterrizados en el asfalto ardiente
pululan en la urbe
Yo los observo desde mi alto
cojear por su camino recto y plano
y sin ventura
Duelo por todas esas almas
desahuciadas
en el desierto cósmico
Las imagino informes sobre un cirro yermo
dando tumbos ciegos, amnésicos, anémicos
Pero volvamos a lo corpóreo:
¿Por qué, oh cuerpos hermosos no ascendéis a los cielos?
Yo os diré porqué
Porque vuestra hermosura no es más que miseria
en la irrefutable realidad de este canto
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Para Eso Tiene la Calle
Adelante pase usted y sus zapatos
la entrada es la conciencia y con derecho
a agarrarle el culo a cualquiera
puede pagarla ahora o cuando salga
El bar está a la izquierda y el cajero a la derecha
Prohibido está fumar y oír palabras
para eso tiene la calle o esa esquina
llena de vómito y orina
La cerveza variopinta
congela la razón y la deja encinta
El ron cubano es de La Española
está en la Constitución, no se preocupe
Si se siente ahogado ahí tiene tequila
úselo sin mesura, está en la Constitución
Y si está cansado no se siente ni respire
para eso tiene la calle…
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RSVP
Perdóname ladronzuelo del Este
por hacerte lo que ahora eres
por entregarte este calvario plata
por no creerte, por la confianza
perdida la justicia del hombre
podrida la palabra de Dios
mentira la vida misma
mentira
mentira
mentira que traigo un hijo
mentira que la nobleza
mentira que la inocencia
mentira que la piedad
mentira hijito de puta
mentira cabrón sigiloso
ahórcate en tu miseria blanca
y castra tu descendencia pútrida
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Oh Providencia
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¡Oh Providencia!
¿Cómo enfrentamos hoy el
ruido de esta urbe
con sinfonías Beethovianas?
¡Oh Dante!
Maldito eres por llevar el sino de la palabra
dime:
¿Cómo enfrento yo
el calvario del silencio?
¡Oh Madre!
¿Por qué llevas mi cabeza en
tu maleta de viajes?
¡Oh Rimbaud, no me abandones!
Déjame ir a tu lado
y asistir al Encuentro
y arrebatar la Belleza
y conseguir la Justicia
y develar la Verdad
matar al Hombre y hacerlo dios
hacerme éter, hacerme viento
hablar por mi boca muerta
y encontrarla a Ella
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La Proclamación
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Proclamo hoy el partido político
Socialismo Antisocial
y me proclamo democráticamente
su líder vitalicio
Aquí lo dejo como una herida abierta
que no sangra
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Sombras Chinescas
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Gira el mundo de repente
nadie me avisó
Monto una ola de frente
ya sin tiempo ni ilusión
Sigo siempre la rutina
a los bares voy de a dos
Corro todas las mañanas
tardes noches madrugadas
Leo todas las noticias
miro porno y rezo a Dios
Soy una sombra chinesca
voy danzando sin control
Somos todos solo sombras
sin siquiera espectador
¡Basta!
Borremos ya del plano estas columnas de acero y vidrio
y abramos el paso a los pájaros
a los tuyos y a los míos
¡Decapitemos al amor!
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CRECIENTE
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Eternidad
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Te encontré a tierna edad
después de cuatro inviernos, tú solo tres
marcados por la misma argentada constelación
unidos por la insondable Providencia
Te pensé tantas veces
te creí viva, respirando colores
descubriendo la inocencia
paralelo a mi existencia
a través de la ventana
bajo la misma luna tuya
¿Pero quién sabe de tiempos ni caminos
cuando se posee todo el oro del Hombre?
Tú, flor de siete signos
inmensa y salvaje hierba
rocío de tibia mañana
cubriste el mundo en un difuso velo
y partiste sin dejar recuerdo alguno
Y me volviste a encontrar
y yo a ti en el éter
en el sol, en la arena
en el caprichoso viento
en el rojo cielo
en el amplio océano
en tu honda pena
La felicidad la encontramos al amanecer
cuando el cielo estaba rojo, furioso,
y en llamas, como esta sonrisa
que se extienda amplia tan solo en el recuerdo
… Pensaba que éramos invencibles
Mas no creas nunca en mi palabra
corre
corre con tus juegos de niña
y prodiga esta tierra de críos hermosos
cultiva estas tierras de vides dulces
y besa a los hombres
a todos los miserables hombres
¿Recuerdas el destino?
¿El perfecto encaje del ocaso?
¿La calidez de aquel beso?
¿La brisa en mi pelo?
¿Recuerdas?
¿Extasiar la belleza danzando sobre estrellas nenúfares?
¿Reinventar la justicia del Hombre y conquistar la Verdad?
¿Silenciar el tiempo en un beso?
¿Recuerdas?
¿La eternidad de Rimbaud?
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La Maja
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A esta hora muerta, incierta
me ahoga el éter lisérgico de tu presencia
me nubla sin poder aspirar
más que el olor a mujer
no a todas si no únicamente a ti
mujer maja
A esta hora muda, trasnochada
el bálsamo de tu cuerpo lo envuelve todo
el vaho de tus cabellos hechiza hasta el más ligero de mis pensamientos
y tus insondables ojos diáfanos me saben a eternidad
a delirio
y a espera
mujer maga
Me siento a pensarte
imagino tus jardines generosos
como de un tiempo anterior a la carne
imagino tus frutos azucarados por el amplio sol de tu sonrisa
tu cereza madura
tu pulpa suave
tu vaina caprichosa
y pálida
y extensa
ocultando geografías intensas
emanando el narcótico efluvio de tus valles húmedos
¿Qué misterios ocultan tus honduras?
¿Qué dolores? ¿Qué ilusiones?
¿Cuántos ojos ha cegado
el metálico brillo
de tu silueta?
Mas no me hables maja
ni sacies mis demonios
ni entregues tu cuerpo tibio
a mis manos hábiles
Pues a la hora prometida
la voluntad de mi razón palidecerá
ante el torrente iracundo de mi sangre encarnada
y estos versos no serán más que epitafios
a la zona obscura de mi memoria
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El Sueño
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I. Alba
Hoy te he soñado danzando un aquelarre
al apremio del alba
a la aurora de mi sangre fría
Como errante subterfugio del tiempo
llegabas a mi en bocanadas de frescor luminoso
emanando coléricas ráfagas de belleza
tu belleza
la verdaderamente única tuya
la del sol untado en el océano crepuscular
II. Mediodía
A mediodía fluyes
en éteres trenzados en la brisa
perfumados y tan reveladoramente hialinos
manados desde el asfalto ardiente que es mi portento
que es el Nirvana reflejado en tus ojos
que es la misericordia de tu sexo
III. Ocaso
Al ocaso te pierdes en pórticos difusos
Vas paganamente de aire en aire
por limbos vetados a mi ciencia
Mi falacia no te toca y es recóndito
el torrente de tu huella esquiva
Nada temo en la sombra de la locura
cuando al crepúsculo tú te fundes en mi víscera trémula
IV. Medianoche
A medianoche se substancia el deseo
Se hace canto tu prodigiosa gracia,
se hace cuerpo, se hace carne
Brilla en partículas ignotas tu nombre sacro
Ese nombre que es omega
que es la Santa Trinidad al llegar la mañana
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Saciedad
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Saciedad me toma del brazo,
firme, y yo no me resisto
Me lleva consigo, me abraza, me besa
calles, plazas, gente
fumamos
Me lleva a su casa, su palacio
sirvientes por todos lados
lujo, lujuria
me harta
Tatúa en mi piel sus dientes
hace carne la carne
y el calor de los cuerpos dilata
y curva la linealidad pétrea del tiempo
Me miente
me cuenta
que dormiremos hasta el ocaso
que todos los días serán sábados
que seremos caníbales misericordiosos bajo la luna
que apagará su sed bebiendo del cáliz de esta ave muerta
que amaneceremos juntos cada mañana
paridos por el placer al alba
drogados hasta el hartazgo del mismo Eros
me harta
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Como Un Muerto
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Hace un tiempo si recuerdo
te busqué bajo la lluvia por horas
mojado, sin un peso, con lo puesto
Días antes tú llegaste hasta mi puerta
y me dijiste todo
lo pasado ya no es bueno
Yo borracho y ya sin tiempo
me acerqué hacia tus puertos pero el cielo
ya no era rojo
Era julio, estaba frío y solo lluvia
flotaba en el viento
Me dejaste congelado
en mi carro con un nudo
como un muerto
Hoy me acuerdo de esas piernas largas
esos labios y ese pelo
tu piel blanca, tus montañas y esos ojos
como espejos
Mi mujer se fue de viaje y yo te digo
flaca, ¡cómo extraño esos pechos!
Cuando todo es solo invierno
en estas horas muertas
la neblina es tan espesa y tan largo
es el tiempo
Ya en el bar y más liviano una rubia se me acerca
y me recuerda que todo
lo pasado ya no es bueno
Cita estrellas, yo poemas
y me ahogo en esos ojos garzos
de misterios
Ya no veo, solo huelo
estoy mareado y reconozco sombras
en tu pelo
Llevo un rifle en mi pecho
y una bala en mi bolso que me tiene loco
por usarla
Es julio, hace frío y solo lluvia
flota en el viento
me dejaste congelado
en mi casa con un nudo
como un muerto
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La Ofrenda
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Busqué en museos de todo el mundo la Belleza. Entre mármoles y oro encontré palacios y jardines incontables. Escuché sinfonías celestiales y asistí a todos los banquetes. Me dejé abrazar por todas las texturas y palpé todas las sustancias. Mas la tersura excelsa de tu piel nunca dejó de ser refugio a mis manos próvidas.
No hubo imperio que durara tanto como tu sonrisa en mi memoria. Ningún dios tuvo templo más hermoso que tus pechos, que son templos a mis sueños. Nadie pudo imaginar jamás la curvatura soberbia de tu espalda, ni soñar siquiera las honduras de tus ojos cuando mil flores estallan en tu sexo.
Bajé entonces a las calles, contemplé todas las razas y divisé a todas las mujeres.
Mas ellas siempre llevaban tu rostro.
Luego un oráculo me reveló al oído que
la
Verdad
habita
en
la
comisura
de
tus
labios.
Y sonreí.
Ahora vuelvo navegando entre tus cabellos y amarro mis barcos a tus muslos suaves. Ahondo mi cabeza entre tus manos y te ofrendo esta víscera trémula. Tómala y bebe de ella. Deposítala en tus alas y vuela.
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El Sol Eras Tú
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Cuánta cintura le hace falta a mis brazos
cuánta sonrisa a mis ojos
tanto cabello a mis dedos
y tanta música a mis pies alados
Sin tu piel
no respira la mía
sin tus labios
ya no sacian los míos
Dejaste al ir tus ojos clavados en mi nuca por dentro
Y mis manos emanan ahora el efluvio ebrio de tu cuerpo
Un día entero ha pasado
por entre mi sombra y tus muslos
Al pasar le he robado el sombrero
que era la noche entera
eterna
era el sol apagado
ahogado
en sus propias lágrimas cerúleas
de tanto celar tu belleza
¿Amor? ¿Qué es eso?
Yo no lo sé
Mas tu sonrisa cómplice cuando te marchas
eso
es el portento de la vida misma
El dolor y la gloria en tus ojos diáfanos
¡Tú eres la musa que va y viene!
Las otras son solo estrellas
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PLENILUNIO
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Ars Poetica
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Para y escucha
Primero
Deja al ocio parir tranquilo
La eternidad no espera a quien se apura
Escucha el más metálico de los sonidos fundido en el silencio
Siente lo eterno caer en nudos
Respira perfumes lisérgicos como éteres de vida
Vuela un infinito cielo
Y bebe la sangre de tus lujuriosos dioses
Luego
Escribe de todos los colores
a la más exquisita de las edades
Prueba todas las mieles en un segundo
Peca en el pecado
Y luego vuelve a pecar
Acostumbra a morir un poco de muerte
cada vez que nace un poema
Quema papeles
Nunca cuantifiques lo que no tiene numero
Priva de tu rezo a todos los cultos
todas las religiones
todos los poemas
y todas las muertes
Sobre todo las muertes
Todo es muerte
Post Scriptum
Musas mías:
la ventana de mi balcón sigue abierta
bienvenidas sean nuevamente a mi ático
vuestro susurro sea obrado por mi pluma
nuestro rito nuevamente celebrado al alba
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Página En Blanco
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Te desgarro soberbia
te rayo, te rajo
envenenada pluma
extasiado
placer de ver morir
tu inmaculada castidad
y tu límpido mutismo
Te rayo y te rajo
lanza húmeda entregada en el infierno
inmisericorde extingo
tu blanco cinismo
y tu hondo misterio
Penetro tus vírgenes sábanas
y las tiño de arcoíris
Disparo mi bayoneta en flor
y mi proyectil da vida a tu silencio
Tu muerte es mi virtud realizada
Desavio tu lienzo
Te rayo y te rajo y te quemo
relámpago aún humeante
de mi último cigarro
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Un Latido Sin Razón
Los versos te piensan de nuevo
Creías esquivarlos corriendo las horas
pero ya es muy tarde y hoy
yaces inmóvil sin saber qué hacer
¿Acaso no lo sabes?
Tú solo ves lo que conoces
La vida es un círculo
Círculos son fuego
Fuego es un peligro
Peligro somos todos
Todos son de piedra
La piedra es solo tiempo
Tiempo es una fuerza
Fuerzas son misterios
Tiempo son cadenas
Cadenas son el viento
El viento es un profeta
Profetas que son tierra
Tierra es solo música
Música son ellas
Ellas son de estrellas
Estrellas que son ciegas
Ciegas son las musas
Musas son los niños
Miedo son los niños
Hambre son los niños
Guerras son los niños
Un latido sin razón
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La Metáfora
La metáfora es
(dulce placebo)
amanecerme este día incierto a tu lado
frío por fuera, tibio en lo profundo
Enredados mis dedos entre tus cabellos ignotos
¡Cabellera de aire!
Ese paraíso encontrado
bastión impenetrable del cual solo tú tienes la llave
Uno solo de tus crines contiene todos mis cantos,
todas mis flores y todos mis desgarros
Me deslizo entonces con sigilo
penetrante por entre las hojas de hilo
hasta llegar a tus colinas y tus valles
y declaro tus tierras conquistadas por mi alma saciada
...por un instante
La aciaga realidad, empero, es
la brutal incertidumbre de las mieses que no germinan
es la mañana convertida en noche
como si nada
Es mi lecho leve, el metal más frío
Es mi carne agasajada por cortes límpidos de papeles
blancos que nunca verán la luz
Es mi cuaderno de poemas negándome el aire
desgarrándome la vida
mi pluma insolente clavada en mi torso desnudo
¡Ah, alma mía! Vuelve ya a tus viejas andanzas
vuelve ahora que las musas te extrañan en las desoladas estepas
¡Alas mías vuelvan! Y ascendamos juntos nuevamente al infierno
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Desesperanza
¡Desesperanza, oh Sísifo!
Mi palabra no te toca y sin embargo
yo sigo manchando papeles
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Epifanía
Soy yo quien no existe
es el poema quien me escribe
es él quien sostiene esta pluma ahora
es Él
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Paisaje
La ciudad infinita se yergue cubriendo el cielo
Ya no hay soles de invierno si no únicamente soles
El viento se fue de vacaciones
La primavera se ahorcó en el granero
La noche se quemó a lo bonzo
La luna se fue a dormir siesta
El desierto ya no suena a silencio
La piedra se pudrió esperando
Llueven mujeres embarazadas
Los pájaros hacen voto de silencio
Un salar sublima tinta china
Una nube de piedras
Un bosque de tumbas
Un camino sin destino
Un océano sin misterios
La jungla púrpura está siendo arrasada
Las botas nacen con soldado puesto
Alguien se olvidó de entrar la basura
El mar se fue al tirar la cadena
Dios se esconde en la trinchera
La belleza se aburrió de esperar al hombre
Los árboles no tienen sombra
Las sombras no tienen forma
Apagamos el horizonte
Ya nadie dispara flores
El último hombre ha hablado
La poesía ha muerto
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MENGUANTE
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El Viaje (Parte I)
Todas duelen
todas las partidas
pero ésta no duele
porque comienza la vida
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Rodalquilar
Condenado pueblo a vivir en muerte
labrados tus cimientos en ruinas, inhabitadas
añosas, que hablan de pasados ausentes
y de metrajes filmados en roca y sangre
Tu nombre no dice nada
mas hay que saber recorrer tus cielos
y contemplar el ocaso en tus paredes de polvo
y saber la montaña por su nombre
Rodalquilar
De tus hijos ni el viento sabe
no tu fértil valle, no tu sol generoso,
no tu mar veleidoso ni el mineral más hermoso,
no tu luna argentada que mansa duerme
sobre cabezas de fantasmas pesados
que arrastran sus grilletes más pesados aun
por tus aun más fantasmagóricas calles
Rodalquilar
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Amsterdam
Sin ver ni sol ni mar, a la hora crepuscular, encuentro a Vincent. Ufanando, cavilando, ocupado en sus zapatos, en sus flores o quizás en un paisaje arcoíris que florece en un rincón obscuro. Lo miro y dudo, hasta que él me ve y entonces le invito a un trago. “Absinthe”, dice, yo digo “dos”, y la blonda camarera respinga su ya respingada nariz. “Absinthe”, repite extrañado, y yo le cuento que Vicente me ha enseñado a hablar en otras lenguas, en cualquiera mas no la materna. “La madre” susurra Vincent, acongojado, y en mí resuenan los tacones de una pequeña calle en Amsterdam. Los tacones se encojen en mi alba de niño y más tarde retumban in crescendo, como anunciando una llegada. “Perdida juventud” escapa de mi pesada cabeza que nuevamente parece anclar pájaros incendios. Vincent me pide que le hable a su lado bueno: “No escucho de izquierda”. “No hablo de derecha” replico yo, y callan las copas.
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Vago Las Pútridas Calles
Vago las pútridas calles sin razón ni destino
borracho como el viento, maldiciendo la belleza
La bruma avanza y yo de frente
veo pasar esclavos cargando sus pesadas piedras
Mi mano izquierda intenta fútilmente apagar el tiempo
mientras oigo mis huesos lentamente convertirse en polvo
Miro bajo mi sombra y al fondo veo un cielo púrpura
donde estrellas navegan un mar de poemas submarinos
La luna mece en su pecho la memoria de fantasmas
danzando la muerte, anclados a mis carnes
¡Caed lluvia!
Nubes venid a cubrir el garzo
Ahuyentad la luz de los hombres
que no la merecen
La bruma avanza
Nos dijeron
Pero hela aquí
Ahora
Rodeando nuestras cabezas
Para siempre
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Monólogo De La Cama Con El Poeta
Te guardé cuando el tiempo no era tiempo
cuando la palabra no era palabra sino puramente lengua
hasta aquel día en que quisiste saber el mundo y
caíste a él por mi lado izquierdo
Te celebraron entonces y dijeron:
está vieja, chica y ya no aguanta
mas yo sabía: tú aún eras muy tierno
Crecimos juntos y en silencio
curé tus heridas y descansé tus juegos de niño
hasta aquel día en que la fiebre
¡oh, la bendita fiebre!
fui tu balsa y tu plomada
en un océano de sueño y sueños
Mas la fiebre acabaría
vendría el calor de otros juegos, lo sabemos
guardaste causalidad, causa y efecto
guardaste cama, guardaste engaño
Delirium Tremens
Y helo aquí aquel rojo día
más peso que de costumbre yo diría
pereza, lujuria y gula fue la fórmula
revelada en un sueño hablado y babeado
de esos que no se anuncian y escapan con apremio
Delirium Tremens
Y así por mas de un tercio
te guardé en el tiempo ya no hay tiempo
hasta aquí no más llegamos
exhala, exhala tranquilo
cuatro patas te sostienen
exhala calmo, sin lloriqueos
exhala
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A Ella
No me has buscado aún y no te culpo
al tiempo el tiempo
no nos queramos saltar hoy el orden
ese orden más antiguo que tú misma
No nos hemos visto nunca y sin embargo
te conozco desde siempre y de ahora
de toda la vida dirían otros
Esos mismos que si te han visto
y se han quedado tiesos yo no sé porqué
debe ser por tu hermosura, ya lo creo
No soy celoso, ¡qué suerte tengo!
mas da por hecho nuestro encuentro
más temprano que tarde o viceversa
lo dejo a tu criterio no me interesa
Ese día nos iremos juntos
está escrito en sangre ya lo sabes
tan cierto como que tú lees estos versos
más cierto como que yo ahora los termino
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El Viaje (Parte II)
Para descansar hay que caminar tanto
y yo estoy tan cansado
Quisiera saberlo todo
o no haber sabido nunca nada
¿Quizás deba morir toda la muerte?
¿Quizás deba morir toda la muerte y la vida?
¿Qué queda entonces?
La eternidad
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LUNA NEGRA
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¿Libre Albedrío?
He perdido el Norte y de paso el Sur, el Oeste y por sobre todo el Este. He perdido también la sonrisa, pero de eso ya hace mucho tiempo. Soy por dogma nihilista. Valen las contradicciones. Soy entonces un existencialista sin muertos. Transparente me he vuelto y ya ni sombra hago. Patético. Hasta la guerra me evita. Qué decir del amor, extraviado también por error u omisión.
He perdido el uso de la segunda persona. Recuerdo aborrecer las multitudes, pero son ellas las que me aborrecen ahora. Abrigo la exclusividad. Amo ser diferente. ¡Soy otro, soy otro! ¿A quién le importa?. Abrazo la nada, pero es ella quien me envuelve. Es ella la vida. Ella la muerte. Ella.
A los dioses he ofrendado infancias. Extermino toda traza de dicha. Escupo la inocencia, la reviento y la entierro. Ceso la palabra antes del sonido. Al amanecer aniquilo a las musas. Amo la soledad, pero ella me ama aun más. Contengo la piel y prolongo el silencio. Rompo a los pájaros sus alas y ahogo a los peces. Soy otro.
Me sostengo en lo material. Me sostiene lo intrascendente. Colecciono momentos. Escribo libros leídos. Pero escribo. Y vivo también. Y elijo vivir. Camino entre sombras y exhalo dolor. El sol me ha cegado y ya no miro a los ojos. Imagino nostalgias. Ahorco recuerdos. Inhibo pasiones. Sepulto esperanzas. Ansío la muerte.
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FE DE ERRATAS
A mi hogar el silencio
A mis amigos el consuelo que nunca les di
A mis hermanos los juegos que nunca jugamos
A mi padre la conversación que nunca tuvimos
A mi madre el libro que nunca escribí
A mis hijos el nombre que nunca les di
A mi mujer la eternidad en un beso
A mi pueblo el orgullo extraviado
Al mar mi cuerpo entumecido y
A la vida la sonrisa negada