Alaví
Qué astros gobiernan tus mareas, Alaví,
cuando tus olas llegan a mis costas así, erráticas y distantes?
Cómo quisiera saber el secreto de tu pleamar
para así amarrar mis barcos firmes a tus ojos
cuando llegas a ellos como brisa encendida.
O tal vez sólo ilusión eres, Alaví
Un barco fantasma que deambula entre faros y soles
Una noche de verano en medio del otoño
Un sueño ignoto que toca así, como un relámpago,
el tejido esquivo de la realidad.
Maldigo entonces aquella noche en que la conjunción
de quién sabe qué planetas y qué estrellas
te llevó a clavar tu pupila en el fondo de mis ojos
Ávidos de tu belleza
Secretamente conjurando tu llegada.
Comimos y bebimos aquella noche, Alaví
Leímos poesía, brindamos à la vie
Mas nada se compara al instante en que te vi por vez primera
Brillabas entonces como partículas sagradas en medio de mi ciénaga
Oro eras, verbo divino, epifanía, quimera.
Partículas u ondas eres, Alaví?
Ahora
Ecos eres
A la vie