Patagonia 2006
En enero de 2006 viajé por primera vez a la Patagonia Chilena. Y fue amor a primera vista. La geología en esta región parece estar viva. Hay volcanes activos, fallas sismogénicas, pliegues imposibles, basaltos columnares, catedrales de mármol, ríos verdes, azules y negros, aguas termales, campos de hielo, picos nevados, fiordos insondables, mesetas, valles, bosques hundidos, lagos glaciares, flujos de lava, depósitos morrénicos, sierras abruptas y pampa infinita. Es el lugar más hermoso que he visto en mi vida. Y estoy hablando tan solo de la mitad norte de la Patagonia Chilena, la llamada Región de Aysén, entre los 44 y 49 grados latitud sur.
El nombre Aysén no tiene una etimología clara. Una teoría dice que viene del anglicismo “ice end”, haciendo alusión a que sería el lugar donde terminan los hielos de Campos de Hielo Norte. Otras que proviene de diversos vocablos indígenas de los pueblos Huilliche, Veliche o Aonikenk. Lo cierto es que tal como su etimología, es una región muy inaccesible y la menos poblada de Chile. Y por lo tanto es necesario usar una infinidad de transportes para recorrer tan accidentada geografía: avión, balsa, barcaza, vehículos 4x4 y hasta helicóptero utilizaría en la Patagonia ese verano del 2006, y al año siguiente en 2007.
Este terreno fue parte del proyecto SEARCH (Seismic Experiment in the Aysen Region Chile), una colaboración entre las Universidades de Cambridge, Tokio y Concepción, y que tuvo por objetivo investigar la estructura de velocidad y la sismicidad local de esta región aledaña al Punto Triple Chileno. Liderando los esfuerzos en terreno estaba Matt Miller, estudiante de doctorado de la U. de Cambridge. De la U. de Concepción estábamos Cristian, Roberto, Mirella, Miguel, Ignacia y yo, todos estudiantes de pregrado de geología o geofísica. Gran parte de los resultados fueron usados en la tesis de doctorado de Matt, y en mi tesis de grado en geología.
El proyecto contempló la instalación de 60 instrumentos de banda ancha que registraron por un periodo de dos años, entre enero 2004 a enero 2006. El terreno que hice yo en 2006 correspondió al proceso de desmantelamiento final de la red.
En total fue un mes (21.01-21.02) que estuve desinstalando estaciones ese verano, y la experiencia fue muy motivante para mí, ya que me di cuenta que la sismología observacional era la línea que quería seguir en mi carrera. Además, conocí lugares hermosos que inspiraron mi pasión por el trabajo de campo y mis futuros estudios en la Patagonia.